Melina Hollman.

Profesora en Respiración alquímica, Sexualidad Sagrada y Pulso Tántrico.
Soy Melina Hollman, tengo 44 años y soy bruja, mamá de Isabela y Dorotea, gemelas de 11 años, y compañera del hombre con el que decidimos ser papás.
Desde lo profesional me dedico a acompañar a hombres y mujeres que deseen creer y crear desde la energía sexual.

A lo largo de la vida he visto mujeres y hombres comprimidos en emociones, sentimientos, expresiones y deberes. Mucha contracción y poca relajación, mucho sexo mental, poco sexo real. Mucho rezo en la iglesia, mucha mierda sin alquimizar.

Y así, poco a poco la vida me fue guiando para acompañar a los seres humanos a despertar su ser humano divino animal. En un comienzo con niños, quienes son aún animalitos despiertos y conectados a sus sentidos y abiertos con toda su sexualidad.
A los adultos accedí en primera instancia desde el yoga, en donde a través del movimiento, la respiración y el autoconocimiento de la propia energía, accedíamos también al corazón, como espacio portal hacia la dicha y el amor.

Desde mi camino personal y la conexión con la necesidad de las personas que a mi llegaban, comencé a adentrarme y a trabajar en la ciclicidad del hombre y la mujer, vinculando su sistema hormonal como eje de su ciclo vital y con el ciclar del sistema solarlunar.
Sostuve como directora y alma madre, tres espacios llamados, “Los Peques”, “Tierra Yoga” y “Acunaluna”, durante el transcurso de 2006 a 2021. En ellos se dictaron distintas disciplinas abordadas desde el chamanismo y la cultura de la Diosa y la psicología transpersonal, la antroposofía y la ciencia del yoga. Y, a través de ellas, todas las actividades realizadas allí, tuvieron como objetivo, conocerse más a uno mismo, entender sus propios ritmo, modos y movimientos. Y llegar a amarnos cada vez un poco más.

Reconocer el cuerpo templo y recordar que nosotros somos el rezo es uno de los mayores regalos que me puedo y puedo dar cada ser que se acerque a mí.
Reconocernos libres y soberanos de ese templo que es el cuerpo, es lo que nos permite poder volar sin limites a lugares recónditos donde el placer es parte de lo cotidiano.